Esta mañana saqué a pasear a mi perra y mientras ella se entretenÃa frente a un banco que hay en la esquina de mi calle, me quedé mirando la publicidad que han puesto: un hombre pide un préstamo para comprar un coche y una mujer pide un préstamo para estrenar cocina. Cuando regresé a mi casa busqué en Google ‘publicidad machista’ y me quedé temblando con los cientos de ejemplos que aparecen: no solo porque las mujeres representadas en los anuncios sean expertas eliminando manchas pertinaces o se muestren inútiles a la hora de conducir un coche. Lo realmente delirante es que a alguien se le haya ocurrido vender su producto mostrando mujeres apaleadas y al borde de la violación. IncreÃble pero tan cierto como estos ejemplos que he encontrado y que repiten el mensaje año tras año, década tras década.
Mi ejemplo favorito es este anuncio que se emitÃa en los años 70 para vender coñac. El relato cuenta la desesperación de una mujer maltratada por su marido que decide ir a una pitonisa para solucionar su problema. La pitonisa, lejos de sentir empatÃa hacia la pobre ama de casa, se pone del lado del marido agresivo y la culpa a ella del trato que recibe por no comprender que él llega cansado de tanto trabajar y lo que necesita es una copita de coñac. ¡Claro que sÃ, mujer, emborráchalo y verás lo bien que le sienta el alcohol a un maltratador!
Para vender café, a alguien se le ocurrió que era buena idea mostrar a un hombre pegando una paliza a su mujer de esta manera:

Estos ejemplos son antiguos, representan la vida del siglo pasado, podemos pensar. Pero si buscamos la respresentación de la mujer y su relación con los hombres en el siglo XXI nos encontramos cosas como esta:

O esta otra que a alguien le debió parecer muy graciosa en la que un hombre satisfecho lleva en el maletero a un grupo de mujeres amordazadas. Sin contar con la provocadora campaña para vender ropa italiana cuya imagen abre esta entrada y que muestra a una mujer tirada en el suelo con un hombre sobre ella que la inmoviliza y un grupo de hombres mirando lo que pueda pasar a continuación.

¡Personas del mundo, a ver cómo se digiere esto!
Responder